sábado, 5 de marzo de 2016

TODO SOBRE LOS SUEÑOS



Dormir bien ayuda a quemar grasas


De acuerdo con un estudio de la Universidad de Chicago, mientras hacemos una dieta para adelgazar, dormir durante toda la noche hace que se pierda más cantidad de grasa. Concretamente, si reducimos nuestro sueño a sólo 5,5 horas perdemos el mismo peso que tras un sueño de 8,5 horas, pero la quema de grasas se reduce a la mitad.

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Las diferencias se deben a que, cuando se restringe el sueño, aumentan los niveles de grelina, una hormona que estimula el hambre y reduce el gasto energético, además de “promover la retención de grasas”, según explica Plamen Penev, director del estudio.

"Por primera vez, tenemos evidencias de que el número de horas de sueño puede marcar diferencias en el resultado de una dieta de adelgazamiento”, asegura Penev. Y añade que “si tu objetivo es perder grasa, saltarte horas de sueño es como pinchar las ruedas de tu bicicleta”.


¿Se puede hacer el amor dormido?


Según el psicólogo estadounidense Michael Mangan, el llamado sexsomnio es más común de lo que se cree, de tal manera que incluso se ha creado un foro en internet –sleepsex.org– donde se invita a los afectados por este extraño comportamiento a que cuenten sus experiencias. Una mujer, por ejemplo, intentaba mantener relaciones sexuales con su pareja y acto seguido se despertaba y le acusaba de intentar violarla. 

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Otra internauta explica que su marido es sexsonámbulo y que no le importa, salvo por el molesto hecho de que empezaba a roncar tras el coito. En el mismo foro, una afectada dice sentirse engañada porque su esposo se masturba sin darse cuenta todas las noches. Cuando pone en peligro la relación, este trastorno del sueño se puede tratar fácilmente con medicamentos.




Un vaso con leche y galletas es la mejor receta contra el insomnio


Tan importante como incluir una serie de alimentos en nuestra dieta diaria es la hora en la que los ingerimos. Así lo asegura la catedrática de Fisiología de la Universidad de Extremadura Carmen Barriga, especialista en Crononutrición, que recomienda a las personas que padecen insomnio y a las que les cuesta conciliar el sueño tomar antes de dormir un vaso de leche caliente con una cucharada de azúcar y unas galletas.

Esta fórmula, según explica Barriga, es la combinación perfecta, ya que tanto los cereales como la leche son alimentos ricos en triptófano, el aminoácido encargado en nuestro organismo de sintetizar la hormona melatonina, sustancia implicada en la inducción al sueño.

Pero no es el único alimento que puede ayudar a conciliar el sueño por la noche. De hecho, todos los alimentos que contienen triptófano, o incluso serotonina o melatonina, son idóneos para tomarlos al anochecer o en la cena. Así, los plátanos, las cerezas, los cereales, el tomate, la lechuga, el pescado, los frutos secos o los frutos rojos pueden ayudar a dormir bien y obtener un sueño más reparador. Por el contrario, debe evitarse en las últimas horas del día frutas ricas en vitamina C como la naranja o el kiwi, bebidas como el té o el café o carnes rojas y embutidos ricos en tiroxina, "un aminoácido precursor de las catelocaminas y dopaminas que son las que nos hacen estar despiertos" afirma la investigadora. Estos productos es recomendable consumirlos durante la mañana.

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El Grupo de Neuroinmunofisiología y Crononutrición de la Universidad de Extremadura lleva años estudiando temas de Crononutrición, la disciplina que se encarga de analizar cómo afectan determinados elementos presentes en los alimentos a nuestros ritmos biológicos, en especial al ritmo sueño/vigilia. Actualmente se centra en intentar a través de la nutrición actuar sobre los problemas de insomnio en las personas mayores, en las que los niveles de melatonina son prácticamente inexistentes. Paralelamente, se está llevando a cabo investigaciones en el campo nutracéutico para la comercialización de un producto concentrado a base de cerezas del valle del jerte con propiedades dietéticas y medicinales. Este compuesto presenta propiedades preventivas y terapéuticas frente al insomnio, el estrés oxidativo y la depresión.



Dormir con la televisión encendida puede causar depresión

Dormir con la luz o la televisión encendidas aumenta el riesgo de depresión, según revela un estudio de la Universidad Estatal de Ohio (EE UU) presentado en el último encuentro anual de la Sociedad Americana de Neurociencia en San Diego.

En sus experimentos, el investigador Rand Nelson y sus colegas trabajaron con 16 hamsters, de los cuales la mitad durmió en absoluta oscuridad mientras los demás eran expuestos cada noche a un nivel de luz equivalente al que produce el brillo de un televisor encendido en una habitación a oscuras (5 lux). Ocho semanas más tarde, los animales que nunca dormían a oscuras habían visto modificado su estado de ánimo, desarrollando depresión. 

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Cuando los investigadores examinaron sus cerebros comprobaron que en la zona del hipocampo observaron que tenían una menor densidad de vellosidades (espinas dendríticas) en las neuronas que quienes dormían sin luz, lo que implica que la comunicación entre sus células nerviosas se habría visto reducida. Según Nelson, los resultados sugieren que el nivel de luz óptimo que necesita el cerebro de los mamíferos para descansar es sorprendentemente bajo.

Los investigadores asocian los efectos de la exposición a la luz a una hormona llamada melatonina, que se produce cuando el cuerpo detecta la oscuridad. Entre otras cosas, la melatonina regula el ritmo circadiano, nos ayuda a conciliar el sueño y actúa como antioxidante. Si hay demasiada luz ambiental, el cuerpo podría producir cantidades de melatonina inadecuadas.



¿Por qué entra sueño después de comer?


Las “caídas del sistema” que sufrimos tras una opípara pitanza pueden ser responsabilidad directa de la glucosa, que hace descender en el hipotálamo los niveles de oxerina, una clase de proteínas cuya misión es mantenernos alerta. El pasado mes de junio, Denis Burdakov y su equipo de investigadores de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, demostraron que incluso una subida casi imperceptible de glucosa disminuye sensiblemente la actividad neuronal.

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 Por eso, si quiere seguir despierto deberá evitar las comidas ricas en carbohidratos o grasa; en cambio, mantendrá los ojos bien abiertos tras un banquete de proteínas. Hay, no obstante, voces discrepantes. Según Eduard Estivill, director de la Unidad de Alteraciones del Sueño del Instituto Dexeus de Barcelona, esta sensación de sueño simplemente responde a la necesidad de descansar tras ocho horas de vigilia.


¿Sirve de algo contar ovejas para dormir?



Según un estudio realizado hace unos años por Allison Harvey y Suzanna Payne, de la Universidad de Oxford, y publicado en la revista Behavior Research and Therapy, el antiguo remedio de contar ovejas no nos ayuda a conciliar el sueño.

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 Para demostrarlo realizaron un experimento con 50 personas, divididas en 3 grupos, de los cuales el primero contó ovejas para intentar dormir, el segundo imaginó escenas relajantes (el campo en primavera, el cielo, una playa paradisiaca…), y el tercero podía escoger por sí mismo el método para combatir el insomnio.

Los resultados mostraron sin lugar a dudas que el grupo que visualizaba imágenes que le resultaban relajantes se dormía por término medio 20 minutos que el resto.


¿Dormir bien nos hace ver las cosas de otro color?


Un reciente estudio estadounidense revela que, después de dormir una media de 7,7 horas, vemos los colores que nos rodean tal como son. Sin embargo, a medida que avanza el día y aumentan las horas de vigilia, nuestra percepción de los colores cambia, y percibimos el gris neutro como ligeramente verdoso o ligeramente rosado, en función de la persona y su estado de ánimo.



“Pasar horas despiertos nos hace clasificar progresivamente colores neutros como si tuvieran un tono de color, mientras que dormir nos devuelve a la neutralidad en las percepciones”, explica Bhavin Sheth, investigador de la Universidad de Houston en Texas, que ha presentado sus conclusiones en la conferencia SLEEP 2010, que celebra cada año la Asociación Americana de Medicina del Sueño.



Dormir poco nos hace tomar decisiones arriesgadas


La falta de sueño potencia las decisiones arriesgadas por un exceso de optimismo, según concluye un estudio del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham (Estados Unidos) que se publica en la revista Journal of Neuroscience.

Utilizando imágenes de resonancia magnética en 29 voluntarios adultos sanos, los científicos demostraron que una noche sin dormir produce un aumento de la actividad cerebral en regiones que evalúan los resultados positivos, así como a una menor activación en las áreas cerebrales que procesan los resultados negativos. Como consecuencia, en los experimentos los individuos que habían sido privados del sueño en el estudio tendían a tomar decisiones que enfatizaban la ganancia económica y eran menos propensos a elegir aquellas que reducían las pérdidas.

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Estudios anteriores habían mostrado que la carencia de sueño deteriora la habilidad para tomar decisiones, pero esta es la primera investigación que revela que la falta de sueño puede cambiar la forma en la que el cerebro estima los valores económicos independientemente de sus efectos sobre la atención, además de aumentar la sensibilidad a las recompensas positivas.

Según Michael Chee, responsable del estudio, "incluso si alguien realiza decisiones financieras muy arriesgadas y sonadas después de una noche normal de sueño, no hay garantías de que esta misma persona no te exponga a un riesgo desafortunado si no ha dormido lo suficiente". Chee explica que, por ejemplo, existen evidencias empíricas de que el exceso de horas de trabajo en los médicos residentes conduce a un mayor número de accidentes. "Creo que es fundamental que la sociedad al completo se aferre a los datos generados sobre los efectos perjudiciales de la falta de sueño y valore si debemos continuar haciendo las cosas a la antigua usanza", concluye el investigador.



Investigaciones para dormir mejor


Cada persona tiene gustos distintos en la cama. Hay a quien le gustan las camas duras con almohadas altas, quien las prefiere blandas, hay quien duerme de lado, boca abajo, boca arriba... para gustos están los colores. Pero muchas veces, estas preferencias están motivadas por problemas cervicales, de riego etc Desde el Grupo Lo Monaco han puesto en marcha una campaña para garantizar el descanso en función de distintos valores científicos y médicos.

"Posturtherapy, descanso personalizado", es el nombre que ha elegido el grupo para esta iniciativa pionera en Europa. Después de dos años de investigación sobre el vínculo entre el tipo de colchón, somier, etc. y el descanso de las personas, Lo Monaco ha creado un grupo multidisciplinar para personalizar el equipo de descanso en función de cada durmiente.


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Las preferencias a la hora de elegir la cama (colchón, somier, etc.) deben tener en cuenta distintos aspectos: índice de masa corporal, circulación sanguínea, higiene cervical, temperatura y los gustos individuales de cada persona. Es exactamente sobre todos estos aspectos, sobre los que se han formado los 200 expertos del equipo de Posturtherapy, los cuales, en función de estos factores "pueden prescribir más de 280 posibilidades en descanso que garantizan de una forma científica la correcta individualización del equipo de descanso", explican desde la empresa.

El Grupo Lo Mónaco ha destinado un 10 por ciento de su facturación a crear este grupo multidisciplinar, en lo que la compañía ha denominado como parte de su "compromiso con la innovación".

Este "descanso personalizado" llegará a los consumidores en forma de campañas, ya sean a través de la televisión o por Internet. A día de hoy ya puedes realizar los test y las simulaciones de Posturtherapy en la web.


Dormir la siesta combate el estrés


Investigadores del Allergheny College de Pennsylvania (EE UU) demuestran que una siesta diaria de al menos 45 minutos hace que disminuya la presión arterial de quienes han sufrido un día de estrés con mucha tensión psicológica.

Según afirman en el último número de la revista International Journal of Behavioral Medicine, las largas jornadas laborales, el trabajo por turnos, la televisión e Internet están afectando en la calidad del sueño, hasta el punto de que los ciudadanos duermen una media de casi dos horas diarias menos que hace medio siglo. Esto afecta a la salud a largo plazo y, de hecho, hay estudios que relacionan la falta de sueño con un mayor riesgo de hipertensión y problemas cardiovasculares.

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Para tratar de reducir este impacto, los investigadores Ryan Brindle y Sarah Conklin analizaron si dormir la siesta podría influir en la recuperación cardiovascular después de una prueba de estrés mental. Para ello seleccionaron a 85 universitarios sanos que fueron divididos en dos grupos, de modo que a algunos de los participantes se les asignaba una hora al día en la que podían dormir durante al menos 60 minutos. Al mismo tiempo, los estudiantes completaron unos cuestionarios para evaluar la calidad del sueño y conocer su actividad diaria, mientras que también se midió su presión arterial y el ritmo cardiaco.

De este modo, observaron que la siesta parecía tener un efecto reparador en los estudiantes ya que, aunque en todos la presión arterial y el ritmo cardiaco aumentaba durante el inicio de su jornada, aquellos que dormían siesta presentaban un descenso de ambos marcadores. Estos resultados eran más evidentes cuando los estudiantes dormían entre 45 y 60 minutos al día.


Según los investigadores, “los hallazgos sugieren que la siesta puede acelerar la recuperación cardiovascular después de una situación de estrés mental”.

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